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La energía o ki es la realidad básica que subyace a todo lo que existe. Esto significa que si quitamos del Universo todo lo visible (planetas, estrellas, asteroides, polvo…) y todo lo que no podemos ver (gases, agujeros negros…), a pesar de todo, no habría vacío: todo estaría lleno de ki.
Al mismo tiempo, los mismos planetas, estrellas, asteroides, polvo, gases, quásares, agujeros negros, etc. no son más que el resultado de la condensación de esta energía.
Nosotros formamos parte de este pack. Esta visión de la realidad es muy antigua en todo el planeta, era compartida por las antiguas tradiciones de todas las culturas. Con el paso de los siglos, en Occidente tuvo que perderse y ser re descubierto. Gracias a que Einstein lo postuló como parte esencial de su Teoría de la Relatividad General, y a que la Mecánica Cuántica demostró una y otra vez la certeza de este paradigma, la ciencia admitió que las cosas no son tal cual las vemos y las tocamos.
La energía en sí misma es neutra, no es ni buena ni mala, ni positiva ni negativa, y hace que todo tienda al equilibrio. Éste es un pilar fundamental de la sanación: la enfermedad es un desequilibrio producido en el Ser, por lo tanto el paso de ki, al restablecer el equilibrio, sana al Ser.
La energía es magnética: atrae a más energía. Y es eléctrica: se organiza en niveles de complejidad.
La energía es fluida, se mueve y vibra. La vibración puede ser más alta o más baja, y puede ser armónica o desarmónica. Si la vibración es más baja la energía tiende a solidificarse, se vuelve más densa. Si la vibración es desarmónica se tiende al desequilibrio y, por ende, a la enfermedad. Si la energía tiene una vibración desarmónica y además densa, cuesta más restablecer el equilibrio. Si la energía se estanca y no puede moverse, tiende a adoptar una vibración desarmónica. El paso de ki neutro lo que hace es movilizar la energía estancada, elevar la vibración de la energía densa, y armonizar la vibración de la energía desarmónica; así, restablece el equilibrio que deriva en salud.
La energía existe en varias dimensiones, realidades o planos al mismo tiempo. Y el Ser Humano, que está hecho de energía, también goza de esta peculiaridad. Éste es otro pilar fundamental de la sanación: es holística, lo que equivale a decir que trata todos los niveles de la persona al mismo tiempo (no sólo lo físico como hace la medicina, no sólo lo psicológico como hace la psicología... sino todo en conjunto de forma global).
Para sostener la vida, el Ser debe mantener su ki en movimiento y en relación directa con su entorno, en nuestro caso, el Universo que nos ampara y la tierra que nos alimenta y nos soporta. Para distribuir esta energía, el ser humano dispone de una red de canales que los yoguis denominan “nadis” y la Medicina Tradicional China define como “mai” (meridianos).
Si partimos de la base de la palabra “nadi”, que es “nadh” y que significa “flujo”, no debemos ver a un canal de energía como una tubería que conduce energía, sino más bien como a la propia energía que al distribuirse decide tomar un camino concreto. El canal principal es el Sushumna, que se dispone en línea recta desde la cima de la cabeza hasta la zona perineal (entre el ano y los genitales).
Para mantener la integridad del Ser existen unos centros de energía que interconectan todas las realidades en el que vive: los chakras. Además, tienen la función secundaria de bombear la energía hacia los nadis que la distribuirán por todo el cuerpo (entiéndase “cuerpos”, en plural, pues al existir el Ser en varias dimensiones al mismo tiempo su cuerpo es como si se desdoblara en varios cuerpos a la vez; a efectos prácticos, esta visión nos permite estudiar cada aspecto del Ser por separado, aunque la sanación se produce en todos los cuerpos simultáneamente).
El Aura
El aura es, al mismo tiempo, la expresión etérica de lo que ocurre en los chakras y la manifestación más próxima a lo físico de la interrelación de los cuerpos sutiles del Ser. El tratamiento Reiki siempre se efectúa directamente sobre el cuerpo etérico, que es el nivel siguiente al físico, y a partir de ahí se distribuye al resto de los planos del Ser.
El REIKI
Es una forma de medicina alternativa, en donde puedes aprender a sanarte y sanar a los demás a través de la energía universal.
Los siete chakras primarios básicos
“Chakra” viene del sánscrito y significa “rueda”. Le pusieron ese nombre porque los chakras, en funcionamiento, parecen estar girando siempre como ruedas de luces de colores. Tanto los canales como los chakras no son visibles físicamente porque no tienen presencia en el plano material, pero sí son notables sus efectos en el cuerpo físico. Ambos son apreciables a partir del plano etérico.
Sólo haremos un breve resumen de a qué órganos vitales afecta cada chakra en el plano físico y cómo se ven en el plano etérico.
- Chakra 1: Muladhara. Se encuentra en el perineo, entre el ano y los genitales. Afecta a los huesos, la columna vertebral, los dientes, las uñas, el ano, el recto, el intestino grueso, la próstata, la sangre y la estructura celular. Asociado a las glándulas suprarrenales. En el etérico se aprecia de color rojo fuego a granate.
- Chakra 2: Svadhistana. Se encuentra entre los genitales y el ombligo. Afecta a la cavidad pélvica, los órganos reproductores, los riñones, la vejiga y a todos los líquidos del cuerpo (sangre, linfa, esperma, jugos digestivos, etc.). Asociado a los genitales. En el etérico se aprecia de color naranja.
- Chakra 3: Manipura. Se encuentra en el plexo solar, unos dedos por encima del ombligo. Afecta a la parte inferior de la espalda, la cavidad abdominal, el sistema digestivo, el hígado, el bazo, la vesícula biliar y el sistema nervioso vegetativo. Asociado al páncreas. En el etérico se aprecia de color amarillo dorado.
- Chakra 4: Anahata. Se encuentra en el centro del pecho, a la altura del corazón. Afecta al corazón, la parte superior de la espalda, la caja torácica, los pulmones, el sistema circulatorio y la piel. Asociado a la glándula Timo. En el etérico se aprecia de color entre verde y rosado, a veces con matices de dorado.
- Chakra 5: Vishuddha. Se encuentra en la garganta. Afecta al cuello, la zona cervical,la barbilla, las orejas, el aparato del habla (voz), el sistema respiratorio. Asociado a la glándula Tiroides. En el etérico se aprecia de color azul celeste.
- Chakra 6: Ajna. Se encuentra en el centro de la frente, uno o dos dedos por encima de las cejas. Afecta a los ojos, los senos paranasales, el cerebelo y el sistema nervioso central. Asociado a la glándula Pituitaria. En el etérico se aprecia de color entre azulón, índigo y violeta.
- Chakra 7: Sahasrara. Se encuentra en la cima de la cabeza, en la coronilla. Afecta al cerebro. Asociado a la glándula Pineal. En el etérico se aprecia de color violeta, a veces
Usualmente se distingue entre chakras primarios y chakras secundarios.
Los chakras primarios son los que se encuentran establecidos justo dentro del Sushumna. Disponen de la esencia primaria de cada plano en el que existe el Ser Humano.
A nivel físico es apreciable el trabajo que realizan sobre los órganos vitales del cuerpo. Hasta hace poco se creía firmemente que eran siete en total que se localizan desde la parte superior del cráneo hasta la base en el perineo. La tradición tántrica tibetana, sin embargo, desde siempre nombra siete chakras más por encima de la cabeza y siete más por debajo del perineo que, respectivamente, tratan los aspectos más espirituales del Ser y los más materiales.
Los chakras secundarios se dedican más a su función secundaria de bombear energía, y no por eso son menos importantes. Normalmente, son puertas de entrada y salida de energía o bien apoyan la función de los chakras primarios con cualidades extra. Por ejemplo, los chakras de las manos (uno en cada palma) son los que nos permiten dirigir la energía para poder sanar, y se encargan del flujo de intercambio entre lo que podemos ofrecer al mundo y lo que recibimos de él; los chakras de los pies (uno en cada planta) nos conectan directamente con la Tierra y nos arraigan a ella; los chakras que hay entre los omóplatos y la parte baja de las clavículas (uno en cada lado) son los soportes del Alma, y hacen de apoyo de ésta para que se encuentre bien en el cuerpo en el que está, así como el chakra que hay entre la garganta y el centro del pecho hace de anclaje para el Alma, para que se agarre una vez entra en el cuerpo; los chakras de las rodillas (uno por rodilla) hacen de almacén de la alegría de vivir y de la esperanza.
“Energía” viene del latín “energía” que a su vez viene del griego “ἐνέργεια”, y significa “Eficacia, poder, capacidad o virtud de obrar, transformar y poner en movimiento”.
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